Para muchos, El Caribe es definitivamente el destino vacacional más importante de América, pero por sus condiciones climáticas, exige a nivel de arquitectura y construcción prácticas importantes que garantizan el deleite y la rentabilidad de cada proyecto a sus inversionistas, más allá de lo estético que a todos nos encanta. Veamos unas cuantas:Para muchos, El Caribe es definitivamente el destino vacacional más importante de América, pero por sus condiciones climáticas, exige a nivel de arquitectura y construcción prácticas importantes que garantizan el deleite y la rentabilidad de cada proyecto a sus inversionistas, más allá de lo estético que a todos nos encanta. Veamos unas cuantas:
1- Selección y uso de materiales:
El calor y la humedad impactan de forma constante las edificaciones dominicanas, por lo que una buena vivienda turística debe elegir materiales que brinden un ambiente agradable en espacios interiores, y que con el tratamiento adecuado, puedan resistir el daño ambiental.
3 puntos importantes al escoger son la Durabilidad en el tiempo, el consumir la Oferta Local de recursos, conocimientos y mano de obra de la región, y la Calidad de los Acabados tanto en bienestar del habitante como en economía energética.
La madera destaca como un excelente aislante térmico, además de su nobleza y renovabilidad. Otros aislantes interesantes son el corcho, el vidrio expandido o celular y las fibras naturales derivadas del coco, el lino, la paja o la madera misma.
Por su parte, el hormigón, el ladrillo, las piedras y el agua absorben la temperatura de día, pero en la noche cambian su temperatura a la par que el clima en el exterior de la construcción.
2- Procurar la ventilación natural:
La ventilación natural se provoca por una diferencia de presión entre las fachadas de un edificio y permite evacuar los aportes de calor solares e internos.
Para optimizar el flujo de viento en una obra, es necesario evaluar su potencial de ventilación en función de su ubicación, alejarla de obstáculos que impidan el libre flujo del viento, evitar que el sol “muera” en la piel del edificio, y dimensionar las aberturas y los dispositivos que favorecen las salidas de aire en los espacios interiores.
3- Aprovechar lo beneficios de la Vegetación:
Un manejo adecuado de la vegetación en el proyecto permitirá dar sombra, filtrar el polvo en suspensión y hacer de pantalla a los vientos dentro del mismo.
La vegetación participa en la protección solar, aportando sombra que estabiliza la temperatura del aire y creando un microclima que filtre hasta un 90% de la radiación solar, según la densidad de la especie de árbol que se seleccione.
Impide además el recalentamiento del suelo y su evaporación, controla la erosión, suaviza los ruidos circundantes y regula la circulación del viento alrededor de las construcciones.
En Arena Gorda, aseguramos la satisfacción de nuestros clientes con espacios que crearán momentos inolvidables junto a sus seres queridos y en cada etapa de sus vidas.
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